16.4.06

Novia por correo

"Novia por correo" es la tercera novela gráfica de Mark Kalesniko.

La trama es la siguiente:
Un canadiense de 39 años, dueño de una tienda de juguetes y aficionado a las mujeres orientales, pide una novia coreana por correo y se casa con ella. Sale fatal, claro. Él se comporta como un coleccionista que la obliga a vestirse de kimono todo el día; ella quiere llevar vaqueros y apuntarse a clases de arte.

En nosequé portal de comix he leido que lo peor de esta historia es lo mal parado que sale su protagonista, "la figura del friki", como dicen. Creo que lo entiendo porque eso fue precisamente lo que me gustó a mí. No que el friki en cuestión fuera un patán inmaduro - me encantan los antiheroes- sino la sensación de que, por una vez, podía sentirme identificada con un personaje -el de ella- de un modo natural. Nunca he sido una novia por correo pero esa sensación de sentirte tratada como un fetiche es algo que a las mujeres nos ocurre bastante a menudo.

"Qué mona estás con tacones, debería ponertelos más a menudo"
"Sí, claro, el problema es que NO ME PUEDO MOVER"

El caso es que en la mayoría de los comics las chicas no son chicas de verdad (que no sean chicazos ni muñequitas ni hadas voladoras ni vampiresas ni marujonas ni abuelas ni lolitas). Por lo general, a las mujeres nos representan como iconos, alegorías, animales mitológicos. Representamos algo que no somos nosotras mismas. Sin embargo, los tíos, aunque sean detectives privados, son retratados como personas más o menos normales. Complejos, matizados, con escala de grises, una vida propia y hasta un apartamento en dónde, al acabar la jornada, pueden poner los pies encima de la mesa y quedarse dormidos babeando delante del televisor.

Hace poco preparando un de los programas de INútil sobre el mundo de los comics, pregunté a una chica que estaba un bar: "¿Qué comics leías de pequeña?"
Me contestó: "Mortadelo y Filemón".
Y yo le dije: "¿Y quién era tu heroina? (porque el programa iba de eso) ¿Ofelia?"
Logicamente, me soltó con cara de perro: "No, Filemón"

Claro, el mío también.
Lo que quiero decir es que si eres una niña y te gusta leer, te encuentras con la putada de que los únicos personajes de los tebeos con los que te apetece identificarte son hombres. El detective, el superheroe, el gangster o el perdedor. Así que, si de pequeña leías mucho, es posible que hayas acabado desarrollando una interioridad un poco masculina y de mayor te niegues a llevar zapatos que no te dejan andar, por ejemplo.

Pues volviendo a "Novia por correo", lo que me fascinó es que, en mi opinión, se contaba precisamente esta historia. La de la confrontación entre dos irreconciliables: la idea social de lo que es ser una chica y la realidad de lo que somos las mujeres. Seres humanos como todos, a los que les duelen los pies si pasan mucho rato de puntillas. En "Novia por correo" esta confrontación la vive, y no la resuelve, el protagonista que poco a poco descubre que lo que le han mandado de Corea NO es un ser pluscuamperfecto en dos dimensiones. Que las mujeres coreanas también babean en el sofá y pasan de andar todo el día disfrazadas de geishas por casa. Para mi, esta historia es algo más que un comic sobre la dificultad de la vida en pareja. Es la historia de una mirada que tiene que aprender a conocer lo que ve en lugar de empeñarse en re-conocer algo que cree que ya conoce. Cuestionar lo aprendido y reescribir códigos nuevos que te permitan funcionar de acuerdo con lo que eres.

Como la mayoría de los escritores clásicos son hombres, y la mayoría de los escritores son un poco pervertidos, las chicas que hemos leído mucho miramos el mundo como si fueramos aprendices de viejos verdes. Estoy segura de que no soy la única que tiene esta sensación. Me refiero a que a través de lo que lees, te haces una idea de las cosas y miras con unos ojos que no son completamente los tuyos. Son los de las personas que han configurado tu mundo interior. Escritores, cineastas, poetas... Y hasta que te das cuenta y empiezas a desaprender lo aprendido, es posible que hayas perdido muchísmo tiempo juzgando el mundo con una mirada que, no sólo no era la tuya, sino que hacía de tí una cosita mona para pajeros intelectuales.

Sí que hay comics en los que salen chicas babeando en el sofá. Jessica Abel es una guionista y dibujante de Chicago que vive en Nueva York. Una de sus obras más famosas es Art Babe. La Perdida, sobre las desventuras de una ingenua gringa en Mexico DF, también mola.

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